lunes, 6 de marzo de 2017

Educación de Calidad

Ej.… La sociedad te tiene puesta la imagen de que la nota siete es la perfecta, y que si no cumples con ella sacándote un 3,8 eres alguien con coeficiente intelectual menor, al tener un CI menor te frustras porque hicisteis las cosas mal, crees que eres irresponsable, indigno de un premio. La sociedad te dice, no vales la pena para entrar a la universidad, no eres capaz de ser un médico ni astrónomo (que es una de las cosas que a ese niño le gusta), que jamás podrás surgir como persona. Ese es el demoledor y tirano mensaje que te dejan.

Yo más sin embargo digo, tú no eres malo ni incapaz, ni tonto, ni nada negativo que la sociedad que diga… nada de eso eres.

Porque puedes perfectamente ser un biólogo ahora y en este momento, porque solo el hombre pone el tope en el cual puedes llegar a ser médico…
La naturaleza no tiene medidas, no juzga.
Puedes regar una planta y echarle estiércol de gallina para que crezca mejor… ¡Listo ya eres bióloga!
Los niños juegan a ser médicos (y de hecho ya lo son en el momento en que juegan), son habilidades latentes que se pueden desarrollar si tú los incentivas más, pero que ocurre… la sociedad les dice “Para llegar a Ser médicos de verdad” debes estudiar e ir a la universidad, estudiar y obtener las mejores notas, porque si porra (o sea alguien malo y tonto) en la prueba te irá mal. De ahí en adelante le “Abren los ojos” al niño y comienza con el temor de saber que no puede llegar a ser de verdad médico, porque para llegar a ser médico tienes que cumplir con la medida que te ponen.
Y ese peque deja de jugar por temor a no hacer las cosas bien como lo hacen los médicos.
Y ese peque no sabe que ha sido médico cuando estaba jugando, porque no hay medida para ser médico de verdad, porque el equivocarse no es malo, el equivocarse no existe, el equivocarse solamente es hacer las cosas de otra manera. El niño estaba siendo médico, pero con Otras características. El niño era más simpático y menos grave que un doctor de verdad, ese niño tiene igual cosas positivas, y eso es lo que no se hace ver.

Y si vamos mas allá, nos daremos cuenta de que no existen médicos, no existen astrólogos, no existen inteligentes.

Imagínate a un hombre gordo sentado viendo televisión con una cerveza en la mano, (no es homero Simpson). Ahora dime, ¿A qué se dedica ese hombre en estos momentos? Tú me dirás- a ver tele, es un telespectador-…
Imagina que ese hombre se levanta y va a bañarse, se pone ropa decente, desayuna, toma su auto y va por la autopista, esquiva un par de autos y a un perro (Ahora es conductor). Y llega a su trabajo, abre su oficina y comienza a diseñar edificios en su computador, porque había estudiado arquitectura.
Imagina que vas a su casa cuando él llega cansado, y pregúntale ¿A qué se dedica usted? Él te dirá -Soy  arquitecto-
Y tú le dices, pero señor, a usted yo lo vi manejando en la autopista con habilidad usted es conductor.
Él se ríe de ti y dice, eso es verdad… Pero soy arquitecto

Yo te digo, él es arquitecto, pero en parte de su vida, no lo es todo el tiempo, si él fuera arquitecto estaría siendo un “mal” arquitecto, porque en su casa no se da cuenta de que la pieza del segundo piso al lado del baño no cumple con todas las reglas de seguridad.

Él no es arquitecto, solo le dedica una parte de su tiempo a crear formas de edificios…

Ese médico no es médico, solo se dedica a hacer que los tumores de las personas desaparezcan…
Tú le puedes perfectamente enseñarle a un niño muchas cosas que sabe un médico de verdad,
Probemos lo siguiente, saquemos a ese niño de la escuela el que jugaba a ser médico con su hermanita, él sabe solo leer y escribir y hablar bien y le interesaba mucho como late el corazón y cómo la comida pasa del estómago a la taza del baño, ese niño tiene 10 años y va en quinto básico.
Los adultos le dijeron que no podía ser médico porque no le iba muy bien en clases, porque no superaba el promedio o la medida que se requiere para ir a la universidad y ser un buen médico.
Imagínate que lo llevan al hospital, y las enfermeras y los doctores son simpáticos con él, y lo perdonan cuando se equivoca (cosas que no hace la escuela cuando te sacas malas notas). Este niño comienza a aprender cómo poner los vendajes, pone la máxima atención cuando la enfermera le dice cómo hacerlo, y como es niño asimila más rápido. Con el tiempo vemos que ya atiende a personas que llegan con heridas profundas, y a los 15 años ya conoce todo el hospital y su funcionamiento, se ha hecho amigo de algunos doctores, los que le enseñan más y más cosas.
Un día su mejor doctor amigo, con la debida autorización, permite al niño que vea una operación, en total él ya estaba acostumbrado a ver heridas horrendas y a gente en estado deplorable en el hospital.
En su primera operación se sorprendió, pero después se fue acostumbrando, y comenzó a aprender los implementos que se usan allí.

A los 21 ya tenía grandes nociones de anatomía y sabía lo que tenía una persona con tan solo hacerle un chequeo y un par de preguntas.

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